Cuando uno pone en marcha un negocio, lo último que quiere es fracasar.
Normal, cualquiera diría lo mismo.
Y es que crear tu tienda online tiene un coste muy alto. Lo apuestas todo a una idea. Pones tu tiempo, tu esfuerzo y tu dinero. Pero también mucha ilusión y horas de sueño.
O sea, toda la carne en el asador.
Sería estupendo tener una bola de cristal para asegurarte de que lo estás haciendo bien, ¿verdad?
Me temo que no hay bolas de cristal inventadas para esto. Pero, a cambio, hoy quiero explicarte un método para que puedas asegurarte de que tu idea de negocio es buena, antes de que te lances a la piscina con todo el equipo.
¿Te lo cuento?
De acuerdo: voy a hablarte del Producto Mínimo Viable (o Minimum Viable Product, MVP en sus siglas en inglés).
Contenido del artículo
¿Qué es un Producto Mínimo Viable y por qué va a ahorrarte mucho dinero?
Para comprobar si tu idea de negocio es buena y reducir al mínimo la posibilidad de fracaso (y, a veces, un descalabro económico), es muy útil crear un Producto Mínimo Viable para comprobar, de manera bastante fiable, cuáles son tus probabilidades de éxito.
Para explicarte este concepto tengo que hablarte antes de un método casi científico para la creación de empresas. Un método que desde su inicio ha ahorrado mucho dinero (y disgustos) a emprendedores de todo el mundo.
1. ¿Qué es el método Lean Startup?
Si quieres crear un negocio puedes hacerlo de dos maneras básicamente:
- Utilizando el método tradicional: es decir, no sales al mercado hasta que no tengas todo 100% diseñado y organizado.
- Utilizando el método Lean: sales al mercado de una manera rápida, cumpliendo los mínimos para poder establecer una relación comercial con tus clientes.
Para ampliártelo más, el método Lean Startup fue creado en 2011 por Eric Ries, emprendedor y especialista en startups. Desde entonces ha sido ampliamente utilizado para crear negocios de un modo ágil y barato.
Sí, has leído bien: ágil y barato. Basándose en su experiencia, Ries diseñó una metodología para reducir tiempos y costes a la hora de poner en marcha una empresa.
¿Y en qué se basa?
Dicho de forma muy resumida, se trata de hacer pruebas o prototipos de tu producto o servicio a una escala reducida. Es lo que el Lean Startup llama crear «una hipótesis».
Cuando pones en circulación esas hipótesis ya puedes medir resultados. Eso te permite confirmar o modificar tu planteamiento para obtener una mejor respuesta del mercado. Como trabajas a pequeña escala, hacer cambios en tu prototipo no es especialmente costoso, ni compromete tu negocio.
Según este método, para poner en circulación tu producto o servicio no tienes que esperar a que esté 100% elaborado. Lo resume muy bien su famosa máxima:
«Más vale hecho que perfecto».
Porque si esperas a tener el producto perfecto, te puedes eternizar (y te vas a gastar mucho más dinero).
Entonces, te preguntarás: «¿Y cómo sé en qué momento tengo algo con lo que salir al mercado?».
Justamente para responder eso, vamos a ver una de las claves del método Lean: el Producto Mínimo Viable.
2. Qué es el Producto Mínimo Viable
Como hemos visto, el PMI es uno de los pilares del método Lean Startup. Podríamos definirlo así:
El Producto Mínimo Viable es la versión más básica de tu producto o servicio, es decir, tiene las características imprescindibles para poder lanzarlo al mercado utilizando los mínimos recursos.
Atento a lo siguiente porque es importante: no se trata de tener el mejor producto posible, sino el mejor producto viable.
Un PMV es la versión más básica y con las funcionalidades esenciales. Creando un PMV acortas los tiempos y reduces los costes para saber si tu idea de negocio es buena realmente.
3. ¿Cuál es el objetivo del PMV?
La finalidad más importante de tu Producto Mínimo Viable es que te permite recabar información de tu público objetivo.
Porque teoría y práctica son cosas muy distintas. ¿Cuántas ideas de negocio que, a priori, parecían buenísimas se fueron a pique porque la respuesta que obtuvieron no era la que se había calculado?
Y es que la manera de saber si tu idea es buena de verdad o necesitas pulirla, no es calcular sobre el papel o elucubrando en un despacho. Hay que salir y preguntar.
En el feedback de tus clientes potenciales están todas las respuestas que necesitas.
Por eso tiene tanta importancia ponerte rápidamente en contacto con tus clientes. Cuando lo hagas, pueden pasar dos cosas:
- Que valides tu idea: en ese caso ¡enhorabuena! Acertaste a la primera. Con esa seguridad ya puedes invertir en desarrollar tu proyecto con más garantía de éxito (pero ojo, nunca la tendrás al 100%).
- Que necesites pivotar: es decir, los resultados no son los que esperabas y tienes que darle una vuelta a tu idea para que tenga más aceptación.
No pasa nada. De eso se trataba: de hacer una prueba con poco riesgo. Ahora, con esa información tan valiosa, piensa cómo reorientar tu proyecto y vuelve a intentarlo.
4. ¿Cómo debe ser un PMV?
No te engañes: aunque un PMV sea una versión rápida y económica de tu propuesta de negocio, ni mucho menos quiere decir que cualquier cosa valga. Un buen PMV tiene que:
- Representar la idea: tienes que elaborar tu PMV para que sea un reflejo fiel de lo que quieres. Vale que no será una versión perfecta, pero ha de ser suficiente como para aportar valor al cliente potencial. Y eso nos lleva al siguiente punto…
- Generar satisfacción: si no satisface al cliente mínimamente, es decir, si no da respuesta a su necesidad, tampoco extraerás conclusiones útiles.
- Costar poco: en términos de esfuerzo de producción. Ten en cuenta que «poco» es un concepto relativo. Depende de qué tipo de negocio quieras poner en marcha. Pero debe ser un lanzamiento que suponga el menor esfuerzo posible.
- Lanzarse rápido: no puedes pasarte meses y meses mejorando tu producto sin haberlo testado. ¿Y si estás caminando en la dirección equivocada? La primera prueba que hagas ya te pondrá sobre la pista correcta.
- Ser medible: porque la finalidad última de un PMI es recabar datos, así que estudia las vías para recibir el feedback de tus clientes.
Solo un PMI bien hecho te va a dar las respuestas que necesitas para continuar adelante con tu idea de negocio.
Cómo crear un Producto Mínimo Viable aplicado a un e-commerce en 5 pasos
¿Se puede aplicar el método Lean y el PMV a un e-commerce? Por supuesto. El Producto Mínimo Viable no solo sirve para testar nuevos productos o servicios que quieras ofrecer cuando ya tienes un negocio en marcha.
Si tienes una idea para poner en funcionamiento un e-commerce, puedes preparar igualmente una versión «mínima viable» y ponerla en marcha enseguida. Luego ya la irás perfeccionando en función de cómo la reciban tus clientes.
Veamos cómo hacerlo.
1. Investiga el mercado
Lo fundamental para iniciar un e-commerce, del tipo que sea, es realizar una investigación para diseñar un primer modelo. Crear un plan de negocio que contenga unas previsiones básicas:
- Qué vas a vender.
- A quién se lo vas a vender.
- Cuál será el precio.
- Cómo vas a promocionarte.
Por muy rápido que quieras empezar, es un error hacerlo sin haber creado antes un plan de negocio en el que basarte, aunque luego modifiques los aspectos que no se ajusten a la realidad.
2. Crea tu tienda online
Si ya tienes tu plan de negocio, lo siguiente es ponerte a trabajar. Crea un e-commerce básico. Ahora mismo tienes opciones sencillas (no podrás ser muy exigente en funcionalidades) y de bajo coste. Por ejemplo puedes probar con:
- Shopify (aquí te explico cómo crear una tienda online de manera muy fácil).
- WooCommerce.
- Prestashop.
- BigCommerce
- Etc.
Ponte un plazo de tiempo para tenerla lista. Una versión «lean» (es decir, ligera y sencilla) puede estar funcionando en un mes.
Recuerda: no va a ser el e-commerce ideal, ese con el que sueñas. Quizá no te guste demasiado ni represente al 100% lo que quieres hacer. No pasa nada. Tienes tiempo para mejorar.
Algunos expertos recomiendan que abras tu e-commerce aunque no tengas tu producto a la venta, simplemente para testar cuánta gente podría estar interesada. También puedes hacerlo, claro, pero no estarías lanzando un Producto Mínimo Viable (y subrayo la palabra «viable»).
Para que el test sea efectivo, tiene que aportar valor al cliente y generar cierto grado de satisfacción. Una tienda online con la pasarela de pago inhabilitada (porque en realidad aún no vendes nada), no es realmente una experiencia que el usuario pueda valorar.
3. Sal al mercado y empieza a atraer tráfico
En cuanto tu e-commerce básico esté listo, abre las puertas.
Pero no te quedes con los brazos cruzados esperando que los clientes lluevan del cielo. Especialmente al principio, cuando el tráfico orgánico es inexistente, tienes que implementar alguna estrategia de promoción que lleve clientes a tu tienda:
- Publicidad de pago: una campaña en Google Ads y/o anuncios en Facebook segmentando a tus potenciales clientes, te va a servir para arrancar.
- Trabaja el SEO: desde el minuto uno, porque tu idea es que tu e-commerce crezca, así que cuanto antes empieces, mejor. Aquí te doy unos cuantos consejos para mejorar el posicionamiento de tu web o e-commerce.
- Utiliza las redes sociales: darte a conocer es fundamental, así que crea perfiles en las redes que más potencial puedan tener para tu negocio y empieza a generar comunidad. Sube publicaciones periódicas y con contenido de valor para tus clientes.
- Email marketing: en cuanto empieces a tener seguidores, comienza a ofrecerles la posibilidad de recibir newsletters y mantener el contacto través del correo electrónico.
Poner en marcha estrategias de este tipo desde el inicio es fundamental para empezar a generar tráfico hacia tu e-commerce, y obtener clientes potenciales que puedan ayudarte a validar tu idea de negocio y continuar adelante.
4. Analiza resultados
Tienes que darte un tiempo, porque para poder analizar resultados es imprescindible tener resultados. En otras ocasiones ya te he comentado que el análisis de datos es lo que te va a dar referencias reales sobre tu negocio (puedes leer aquí más sobre la importancia de las métricas), por ejemplo:
- ¿Tu e-commerce ha generado visitas? ¿Cuántas?
- ¿Cuántos de tus visitantes han realizado alguna compra?
- ¿Cuántos han puesto un producto en el carro pero se han ido sin completar el pago?
- ¿Qué productos han sido los más vistos?
No pierdas de vista en ningún momento que el propósito de lo que has hecho es validar tu hipótesis o modificarla.
5. Crece
Utiliza con inteligencia la información que recibes de tus clientes, porque ahí están las claves de tu negocio.
No te agarres a la idea que tenías previamente si los datos te están indicando una cosa distinta.
Cuando tengas tu modelo de negocio validado, ya puedes invertir más recursos en escalarlo. Aún así, esto no es una ciencia exacta. El riesgo siempre existe, aunque pongas los medios para minimizarlo.
Ten en cuenta también que el PMV no solo te va a resulta de utilidad al principio de tu negocio. Es un método que puedes usar en el futuro todas las veces que lo necesites, cada vez que quieras probar un producto nuevo o hacer cambios en tu tienda. Al fin y al cabo el método Lean se basa en el ensayo/error y la experimentación.
Y con un e-commerce te aseguro que nunca dejas de aprender. 😉
Crea tu Producto Mínimo Viable y lanza tu e-commerce
Ya has visto la importancia de diseñar un PMV antes de lanzarte al ruedo con tu tienda online. Haciéndolo, reducirás riesgos y podrás ir redefiniendo tu idea de negocio sin que ello te suponga gastos inasumibles.
Si vas a crear un e-commerce o lanzar un nuevo producto o servicio en un negocio que ya está funcionando, prueba a hacerlo creando un PMV con estos 5 consejos que te he dado. Y si quieres, coméntame tus impresiones. Me encantaría saber cómo ha sido tu experiencia.
También puedes compartirlo en redes sociales, para que pueda ser de utilidad para otros ?
Nos vemos en el siguiente post. Ya estoy preparando nuevos contenidos, así que ¡te espero!